Reina de la noche

Anoche Selene, la gran diosa del cielo, la reina de la noche, la gobernadora de los ciclos naturales, decidió mostrarse en todo su esplendor. 
Tuve la gran suerte de observarla mientras acariciaba con su luz las almenas del Castillo de Xàtiva, desde la terraza de mi casa.

Aquí tenéis un recopilatorio de las mejores instantáneas. 











Miradas


En el mundo hay miradas de todo tipo, más expresivas incluso que las palabras.

Hay miradas con las que te miden, con las que evalúan si eres un ser peligroso o tu presencia es tolerable. 


Hay miradas que piden atención... y que compartas tu comida.


Hay miradas majestuosas


Juguetonas


Mimosonas


Llenas de curiosidad


Incluso parece que hay quien ha nacido para posar



Pero de todas las miradas que he recibido en mis viajes, la que más me ha marcado es la de un pequeño camarón, semitransparente, cuyo tamaño era inferior a mi dedo meñique. La minúscula criatura estaba comiendo sobre una roca, cuando aparecí con mis gafas, mi tubo y la cámara sumergible.
Un rápido movimiento suyo llamó mi atención, y me giré hacia él. Tuve que esforzarme para ver de qué se trataba.
Y entonces, sin ningún tipo de temor, me miró directamente a los ojos. Podía aplastarlo fácilmente, borrarlo en cuestión de segundos, eliminarlo del mapa. Pero allí seguía, impasible, fascinado, mirándome fijamente, directo a los ojos. Como si, en el fondo, supiera que yo sentía la misma curiosidad y estaba igual de fascinada por el valiente y minúsculo animal, como él de la gigantesca figura que buceaba a su lado.
Lentamente, saqué la cámara. Tardé varios intentos en poder enfocar bien. Hasta que, finalmente, conseguí esta bella foto.
La mirada de un gigante. No por el tamaño, sino por el espíritu tan enorme, de confianza y valentía, que poseía el pequeño crustáceo.