Arrendajo

Hoy os quiero hablar del arrendajo, Garrulus glandarius L.
Es un ave de medio tamaño, con un plumaje inconfundible. Las vistosas plumas azules y negras de sus alas se emplean en bisutería, pues tienen un diseño espectacular.
Es este mismo plumaje el que marea y hace que cueste creer que pertenezca a la familia de los cuervos (corvidae en latín, córvidos en castellano). 


Suele tener hábitos forestales, aunque curiosamente yo capté estas imágenes en un gran jardín de Granada, que se encuentra en la subida a la Alhambra.


Seguro que en vuestra infancia os contaron aquello de "las ardillas entierran sus frutos para tener una despensa, pero luego olvidan donde lo hicieron y gracias a eso nacen cientos de nuevos árboles cada año". Pues el arrendajo no tiene nada que envidiar. Se alimenta de insectos, frutos y semillas, y parte de este componente vegetal es enterrado. 


Vive en bosques, y prefiere los caducifolios por la gran variedad de frutos que presentan, aunque también pueden hacerlo en bosques esclerófilos del mediterráneo. Puede que fuera este el motivo de encontrarlo en el ya citado jardín, pues abundaban los castaños. 


Su canto es muy estridente y fácil de reconocer.


Y dicen que es una de las especies menos gregarias entre los córvidos, ya que suelen ir por parejas, y sólo forman pequeños grupos familiares al final de la época de cría y alguna bandada ocasional en verano o primavera.


Y bueno, poco más que añadir. La verdad es que encontraréis muchos más datos sobre esta hermosa ave navegando entre las redes.
Yo me limitaré a compartir las siguientes fotos, que espero que disfrutéis.

Sinceramente, tuve mucha suerte porque, pese a ser aquél un lugar muy transitado, el arrendajo no se asustó demasiado, y permaneció largos minutos a la  expectativa sobre aquella rama.











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