Aventuras de verano: ARTIM Todo lo Cría la Tierra


La primera de mis aventuras veraniegas me llevó a Burgos, concretamente a Espinosa de los Monteros. Allá se celebra el ARTIM, Todo lo Cría la Tierra, un encuentro internacional de medio ambiente y tradiciones.
Bajo los cambiantes cielos burgaleses se celebran centenares de actividades centradas en el desarrollo rural, cursos, talleres, charlas, teatros, conciertos, mercados y un largo etc.


Es muy difícil condensar en un espacio tan pequeño todo lo vivido y aprendido, todo lo compartido, esa sensación de estar viva, chispeante, llena de energía. Esa felicidad que sólo se puede sentir cuando hablas de aquello que te hace feliz, de tu sueño o del motivo que te hace seguir adelante, y no sólo eres comprendida, sino que los ojos de la gente que te rodea brillan tanto como los tuyos.


También será complicado hablar de un espacio social, creado para las personas humanas, sin mostrar a dichas personas. 
Sin embargo no quiero caer en las redes de la vagancia, y lo voy a intentar. No ya por seguir con la "política" del blog de estar estrictamente a la naturaleza, que también, sino por respetar la intimidad de mis compañeros y compañeras de aventuras. 

Lo intentaré, pues.


Lo intentaremos, pues.
Hablemos del cambio que se produce en el ARTIM, donde cada día aprendes algo nuevo y tu mente se expande, se abre, y se dispone a enfocar la vida desde otra perspectiva.


Esto no es incomodidad, ni aglomeración, ni miedo a que te quiten tus posesiones. Esto es la alegría de compartir un espacio, una historia y un momento de tu vida. Los pensamientos, la comida, la ropa, el tiempo... Todo se comparte, todo se entrelaza.
Todo es de todas las personas.


Esto no es un montón de árboles dispuestos de cualquier manera; hay mucho más debajo del concepto de bosque.
Esto son recursos, para ayer, hoy y mañana. Esto es lo que mantiene viva a la humanidad, es el hogar de millones de especies, es nuestra bandera contra el cambio climático, nuestro calor en invierno, nuestra sombra en verano...


... es la oportunidad de volver a tus raíces a través del simple acto de internarte en él y sentirlo.




Esto no es una simple flor del campo. Es un tesoro, es un recurso natural. ¿Quién sabe qué misterios guardará? Un ser vivo con historia, con propiedades medicinales, o culinarias o con historia, con su propio nicho en el ecosistema.





Esto no es un río, sin más. Es una fuente eterna de vida, es la fuerza creadora que impulsa a seguir hacia adelante.



Esto no es sólo un gran árbol. Es un anciano respetable, que con su buen hacer nos da la vida. Ya estaba aquí cuando nacimos, y seguirá, probablemente, cuando muramos. Es un anciano venerable de quién tenemos mucho que aprender.





 No sólo es una poza. Es un lugar de recogimiento, donde se puede vivir, nadar, reír y compartir contemplando a nuestra madre naturaleza.



 No es un paisaje bonito, listo para que sea disfrutado un domingo cualquiera que nos apetezca salir de casa. Es una historia de superación sobre aquellas personas que han decidido no abandonar sus raíces y su entorno rural, y que luchan por mantener vivo este patrimonio. 




No es sólo una mascota. Es un amigo fiel, es uno más de la comunidad, un ser que contribuye, con su felicidad sin reservas a construir nuestro sueño.


 No es un capricho de la naturaleza. Es un regalo a la vista para aquellas personas dispuestas a disfrutarlo


No son piedras sin ningún tipo de valor. Es arte rural y natural, sin aditivos, sin contaminante, biodegradable. Frágil y efímero, como la vida misma.



No es un amanecer más. Es el saludo a un nuevo día que nos permitirá seguir creciendo y apuntando hacia un mundo mejor.


No es barro, no es suciedad. Es el mejor protector solar de la historia. Al alcance de cualquiera desde los albores de la Historia.



No son desechos, no es solo barro con "tropezones". Es el mejor sistema para proteger una pared y climatizar una casa.
Nada sobra, nada es malo. Cualquier cosa es útil y cualquier idea factible, sólo es necesario trabajar y descubrir para qué y cómo. 


No es un edificio antiguo. Es historia, es pasado y futuro. Es patrimonio. Es hogar de regias plantas, aguerridos insectos y hermosas rapaces nocturnas. Es un símbolo de otra época, un eco del pasado y una esperanza al futuro.


No es un paseo por el bosque. Es una clase magistral de ornitología, de botánica y de filosofía de vida. Es el placer de la caza sin muerte, apretando el gatillo de la cámara; la rapidez del ojo tras la presa voladora, la satisfacción de memorizar un dato relevante sobre una especie y de poderlo compartir.




No es una foto a contraluz. Es el Sol, es la vida eterna, nuestra fuente de energía primordial, sin la cual no existiríamos y que sostiene al planeta. 


No son bestias salvajes, no son simples animales. Son nuestros compañeros en el planeta, quizá, muchas veces, más respetuosos con él que nosotros mismos. Debemos aprender de su forma de vida, de su tranquilidad y de su sostenibilidad si no queremos extinguirnos... o extinguirlos... o quizá todo a la vez.




Aquí no hay encuentros casuales. Todos vienen de la misma raíz, de las personas que quieren luchar y hacer de este un lugar mejor, un mundo con porvenir. Un planeta natural, en consonancia entre las personas y el resto de seres vivos.
Todas las personas que aquí coinciden vibran en una misma frecuencia, crecen juntas, aprenden juntas, se complementan, se hacen mejores. Aquí sacas tu esencia y eres la mejor versión de ti. 


Así que te animo a que cojas este mismo camino...


... da igual por qué vía vengas...


Lo importante es que decidas pararte en la misma estación que estas maravillosas personas, y que trabajes en la misma dirección. ¡Todas las personas juntas podemos!










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