Elkneria pudibunda

Esta oruga tan especial me robó tanto el corazón y le hice tantísimas fotografías que al final opté por dedicarle una entrada a ella sola.
La primera la encontramos de repente en medio de las hojas secas del hayedo de Irati.

En un primer momento la elevamos con un palo porque no sabíamos lo que era y la queríamos ver mejor, pero creíamos que podría ser urticante (no en vano muchas orugas urticantes están cubiertas de pelo)



Es, sin duda, una de las orugas más bellas que he visto jamás.






Luego llegó nuestro guía y dijo: "sólo hay un modo de saber si es urticante o no", y se la puso sobre la mano.
Niños, no hagáis esto en casa. 
Podría haber acabado muy mal.


Elkneria pudibunda L. Curioso nombre para un curioso animal.
A estas alturas del año, las orugas descienden de las copas de los árboles, donde viven, alimentándose de las hojas de haya, para crisalidar.
Forman un capullo de seda y pelo, muy flexibles, bajo la hojarasca.


Es sabido que los insectos suelen emerger en mayor proporción una vez cada cierto tiempo, es decir, tienen un comportamiento poblacional cíclico.
Sin embargo, es muy difícil determinar cada cuánto se da el máximo poblacional, el pico en cuanto a número de individuos, porque muchas veces, actuaciones humanas afectan a sus ciclos.
A no ser, claro, que estés en una reserva integral como esta.


De momento, ya han detectado que los insectos tienen, dentro de sus ciclos, años de mayor y menor población, como "picos" de menor importancia que el mayor pico poblacional, que cierra el ciclo, pero "picos" a fin de cuentas.
Entre una gran explosión y otra, se considera que ha pasado un ciclo. Muchas veces, se dice que esta explosión es "una plaga"... Difícil cuestión... Quizá, si los ecosistemas estuvieran autorregulados, si no influyésemos tanto en ellos, las plagas no serían tal... Otro se las comería.
Al menos aquí, ni los años de explosión demográfica de orugas se aprecian defoliaciones severas.



Pues bien, ahora viene la parte más curiosa de todas: los ciclos de población de la mayoría de orugas se lleva a cabo en un periodo de años... ¡Primos! 
Comienzan a partir de 3, y suben a 5, 7...

Se cree que es un proceso adaptativo: siendo números primos, implica que los picos de menor magnitud pueden ocurrir en cualquier año, sin seguir un orden aparente (por ejemplo, en un ciclo de seis años, podría haber un pico en el segundo y en el cuarto, y que el sexto fuera el punto culminante) y ésto sería fácilmente aprovechable por sus depredadores, de modo que el año que se esperasen más insectos, la pollada sería mayor.

Siendo ciclos de números primos, los pequeños picos caen de forma más aleatoria, y es algo muy difícil de prever para las aves (sus principales depredadores). Esto garantiza que el número de depredadores será más o menos estable, que será el que les permita alimentarse, sin pasar hambre, de orugas, cuando están en el punto más bajo del ciclo.

Así, los insectos consiguen expandir muchísimo sus poblaciones y pueden emigrar a otros lugares cuando se hallan en su punto álgido, ya que los depredadores no dan a basto.

Por otro lado, las aves también se han adaptado. Comen de todo, no sólo una especie de oruga, así que no son tan susceptibles a sus subidas y bajadas de población.



¿Sabéis en cuánto se ha estipulado el ciclo de población de la Elkneria pudibunda? Pues según nuestro guía, en la friolera de 17 años.
Esto es muchísimo teniendo en cuenta que el ciclo vital de estas preciosidades dura un año.




Sí, yo también me sorprendí. No sé si más de la belleza de la oruga o de toda esta información que acababa de recopilar.






Y a juzgar por las caras de mis acompañantes, y la cantidad de cámaras que se concentraron en el lugar, no fui la única.


Una última curiosidad: los colores de las orugas pueden cambiar, entre el rosado de esta y el amarillo intenso de otra que veremos más adelante.
No me explicaron el por qué, y no lo he encontrado en bibliografía, así que será un misterio.


Puesto que no tengo más que decir, os dejo con las imágenes de la Elkneria pudibunda. Espero que las disfrutéis tanto como yo de este insecto.






Esta es la amarilla a la que me refería anteriormente. Entre la hojarasca, presta a crisalidar.  Cuando fuimos a hacer la fotografía, se asustó y se enroscó. 
Sencillamente preciosa.














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