Especial Costa Rica: La Bahía de Drake. Excursión a Río Claro


Imagina un lugar tan aislado del mundo que solo se puede acceder a él tras una travesía de casi una hora en bote, a través de un manglar, o un rodeo de varias horas de autobús. Un lugar con unas playas de ensueño y donde la selva llega a lamer la arena de la playa. Un lugar con unos jardines envidiables, con una vegetación magnífica todo el año. Ese lugar es Drake.
El pueblo en sí no es muy grande, pero cuenta con un par de pulperías (así se denominan los supermercados, pues antaño eran tan pequeños que el/la dependiente/a podía alcanzar todos los objetos sin moverse del mostrador, cual pulpo), algunos bares y, sobre todo, una amplia gama de alojamientos.
Nosotros fuimos a un "hostel", que viene siendo una casa particular que alquila habitaciones a los turistas. Y la verdad es que no podíamos haber estado más a gusto. Eramos una comunidad internacional muy bien avenida: el matrimonio, oriundo de Costa Rica (ticos, como ellos se autodenominan), que en ocasiones actuaban como padres, un italiano, una alemana, una checa, cuatro españoles... Por las noches nos sentábamos en el porche o nos tumbábamos en las hamacas y contábamos nuestras historias personales, mientras jugábamos con un cachorro de perro. ¡Totalmente idílico!
Llegamos una noche y decidí que al día siguiente debía aprovechar los conocimientos de mi compañera checa, que ya llevaba allí una semana y conocía rincones hermosísimos.
Así que, a la mañana siguiente, emprendimos el rumbo hacia Río Claro. 


Ya he comentado que los jardines eran hermosos. Aquí tenéis una muestra. Ver una planta así es como encontrar un pavo real de dimensiones gigantescas.
Es un árbol o palma del viajero (aunque poco tiene que ver con palmas o palmeras; está emparentada con las flores del paraíso), ya que puede almacenar agua en sus múltiples recodos y salvar así a más de una persona de morir de sed. Su nombre científico es Ravenala madagascarensis SONN. ¿Madagascarensis? ¿Significa que viene de Madagascar? Sí, y es más, es la planta nacional y aparece en el escudo.
¿Y qué pinta en Costa Rica? Bueno, es la magia de la jardinería. 


La avifauna del lugar era grandiosa. Para una persona acostumbrada a gorriones y mirlos en las ciudades (ojo, me encantan) ver aves con las alas de un naranja que parece sacado de un subrallador, es todo un espectáculo.
Estas aves tan peculiares se conocen como tangara grupirroja o Ramphocelus passerinii LESSON. Es un claro ejemplo de dimorfismo sexual, pues este ejemplar tan llamativo es macho; aunque comparte la misma forma, tamaño y hábitats que la hembra, ésta es amarilla y parda.


También son espectaculares las flores que crecen, hermosas y altivas, en los jardines.


La excursión era curiosa, porque combinaba retazos de selva tropical con pura playa. Mi amiga me recomendó ir con zapatos abiertos en vez de botas, porque me las podía mojar y cocerme los pies. Aunque terminé por darle la razón, me acordé más de una vez del peligro de las serpientes. "Como me aparezca una en el camino y yo con chanclas, me acordaré para siempre"
Al final resultó ser lo que me dijo mi amiga: cocerte los pies es una realidad, que te pique una serpiente, una opción. Mejor en chanclas.

En esta imagen, uno de los primeros trozos de playa. Era temprano y estas gaviotas y charranes aprovechaban el momento favorable para alimentarse.


Bambú (y por el tamaño y aspecto me arriesgo a decir que se trata de Dendrocalamus giganteus Munro). Había leído mucho sobre el bambú en general, e incluso había tenido varas de este grueso entre las manos en algún taller de bioconstrucción. Pero sólo había visto ejemplares vivos de otras especies, ornamentales, de un tamaño mucho menor.
No es originario de Costa Rica, pero parecía muy bien adaptado al clima del país. Para que os hagáis una idea del tamaño, mido metro sesenta y nueve y llegaba hasta el quinto nudo.
El bambú es una especie que, como ya he comentado, se emplea en bioconstrucción. Hay casas e incluso iglesias, en ocasiones de altura considerable, levantadas íntegramente por este material. También es frecuente verlo en algunos países como andamio, ¡de más de 30m de altura! Podéis imaginar la versatilidad y resistencia del bambú, tan desconocido para nosotros. 


De las playas pasamos a la jungla, y a la desembocadura de este río. "¿Es el Río claro? ¿Ya hemos llegado?" "No, todavía queda un largo camino."



Las raíces de los árboles aquí quedaban muy al descubierto. No hay más que observar la fotografía para darse cuenta del efecto protector que tienen sobre el suelo, reteniendo la tierra que tienen debajo y también a su alrededor.
La deforestación masiva es un problema a corto plazo, pero también a largo sin raíces que protejan el suelo, se puede generar una erosión tan grande que lo elimine de forma permanente e impida el crecimiento y arraigo de nuevos ejemplares.


Debo pedir disculpas por la calidad de las imágenes, No sabía a dónde iba, sólo que había un río, y opté por llevar, por si acaso, mi pequeña cámara submarina, demasiado sensible al exceso de luz. Aún así, nos podemos hacer una idea de la exuberancia del lugar.


Cuando digo que la jungla lamía la playa no exagero. Aquí podéis ver un pequeño riachuelo, la densa maraña de plantas y el océano. Una hermosa combinación de vida.


Volvimos a salir a la playa, y encontramos elementos tan curiosos como esta palmera. Por lo visto algo o alguien la tumbó, pero lejos de rendirse, siguió creciendo en una nueva dirección, en busca de la luz.
Es un fenómeno denominado fototropismo, y se explica como la capacidad y tendencia de las plantas de crecer siempre en dirección a la luz. Si cualquier fenómeno las perturba, cambiarán la dirección de su crecimiento, siempre orientadas a su fuente de alimento. Otro ejemplo práctico, si reciben más luz por una parte que por otra, desarrollarán más la primera (por eso en algunos jardines o bosques parece que crezcan "de lado")

Helechos, con sus dos hileras de soros (pequeños "botoncillos" donde maduran las esporas) bien marcadas.
Las "hojas" del helecho se denominan frondes, y generalmente son compuestos, como estos dos. 


Y aquí una planta que nos hizo reír, porque nos recordó a una especie de alien intentando devorar a su presa. Mirad las raíces, cómo se aferran a la palmera como un pulpo, una garra o un ser del espacio exterior.
Curioso, ¿no?


Un pequeño lagarto, que nos observaba desde el árbol. Llegué tarde para sacar la fotografía, pero lo cuento de todos modos porque me parece interesante: este pequeñajo quiso asustarnos (o impresionarnos, no lo sé), hinchando una bolsa amarilla que tenía bajo el cuello. Lo impresionante es que dicha bolsa ¡era casi tan grande como él!. Probablemente si hubiéramos sido una serpiente o una pequeña ave hubiéramos huido despavoridas, pensando que era un individuo demasiado grande como para intentar cazarlo.

Nuevo ejemplo de mar, río y selva. 
Tener el río a mano venía bien para refrescarte, pues el calor era realmente asfixiante y el océano estaba prácticamente a temperatura ambiente. 


Gigantescas raíces de ficus, que desde esta perspectiva se asemejaban a las olas del mar.



Con tantas palmeras, el sol radiante, el cielo y el océano azules, cualquiera diría que es una foto de una agencia de viajes. Y, sin embargo, era una estampa relativamente fácil de encontrar en Drake.



Este pequeño que toma el sol en el tronco es un basilisco. No, no te petrificará si te mira a los ojos, pero puede que su habilidad especial sí te deje de piedra. Es capaz de correr sobre el agua. Su rápido juego de patas traseras y su larga aunque ligera cola se lo permiten.
Era verdaderamente curioso ir saltando de riachuelo en riachuelo mientras estos lagartos correteaban asustados cual Jesucristo del reino animal. ¡Es difícil de creer, pero lo hacen, y muy a menudo!


Después de tres horas de viaje, llegamos a Río Claro. No sé si la podréis ver, pero justo donde comienza la selva se encuentra una casita. 
Si ya de por sí Drake está aislado del mundo, imaginad este lugar, al que sólo se accede con lancha o tras tres horas a pie.
Pues en este lugar vivía un hombre digno de admiración: desde muchos años atrás vivía allí, y había consagrado su vida a salvar tortugas y salvar su hábitat.
Tenía un pequeño puesto de regalos, unas canoas para hacer excursiones por el río y un área para voluntarios. Sobrevivía con esto y con los donativos de voluntarios o de gente que pasaba. Y era feliz.

En este momento te planteas, realmente, si todas estas cosas que te dicen que necesitas para ser feliz son, efectivamente necesarias.

Mi amiga conocía a este hombre, y de hecho le llevó varios paquetes de galletas. Él, contento por el gesto y mostrando la simpatía que tenía hacia la muchacha, decidió invitarla a un paseo en canoa con uno de sus "trabajadores". Y, ya que la acompañaba, a mí también me invitó.
Sólo nos dijo que fuéramos con ojo, porque había visto pisadas de cocodrilo. Y que no usáramos químicos, ni tan sólo protector, pues no quería contaminar el agua.


Ya en la barca sucedió algo increíble. Este águila nos observó pasar, en silencio, desde su posición estratégica. Cuando la perdimos de vista, alzó el vuelo, se posó en una rama y nos volvió a observar, hasta que de nuevo nos esfumamos.
Repitió el proceso unas cuantas veces, como si nos estuviera protegiendo.
Nunca he estado tan segura de que algo representaba un buen augurio como esto. Me sentí sobrecogida y al mismo tiempo protegida contra todo mal, incluso favorecida por algún tipo de buena suerte.
¿Será cierto o no? El tiempo lo dirá, pero el regalo de ver a esta preciosidad volando tan cerca, tranquila y vigilante ya no me lo puede quitar nadie.


La densidad vegetal junto al río era impresionante.




Hasta aquí pudimos llegar. Las aguas comenzaban a correr demasiado rápido y el calado era escaso. Como dos niñas pequeñas, bajamos de la barca y comenzamos a andar a contracorriente. Luego nos dejamos deslizar por el agua, río abajo. Nuestro pequeño guía insistía en que se bañaba allá todos los días y nunca le había atacado un cocodrilo; el agua era fresca y el lugar agradable...dejamos atrás los temores y prácticamente desandamos el camino flotando, escalando por las rocas y saltando desde ellas una y otra vez. 
  

Esto es una tarántula de agua. Según el guía, han cambiado el veneno por la capacidad de nadar, por lo que no son peligrosas. Me agarré a una roca donde vivían un par y treparon por mi mano... el susto me lo llevé igualmente, pues son grandes y peludas. Pero luego me reí de mi propio instinto de supervivencia y comencé a juguetear con ellas y el agua.



¿Qué, subimos y saltamos?


Vistas desde el medio del río, flotando panza arriba. Me sentía como el oso Baloo en El Libro de La Selva.


Como muestra, un vídeo:



A medio camino de regreso nuestro joven guía nos mostró una cascada y nos explicó que se podía subir por uno de sus laterales. Añadió que podríamos incluso llevarnos una sorpresa.
Intrigadas y fascinadas aceptamos sin dudar, atracamos la barca en un remanso y, con los pies desnudos comenzamos a trepar.
Sorpresa la nuestra al llegar a lo alto de la cascada y ver una poza y otra cascada más arriba, que a su vez se podía escalar también, y que escondía una nueva poza con su correspondiente cascada; así hasta cinco o seis ocasiones, a cada cual mejor.
Y en la última, debías sumergirte y atravesar un arco de roca de un metro más o menos de espesor, para acabar a los pies de la más inmensa de todas.




 Allí, nuestro joven guía se agachó, y extrajo del agua una roca marrón, que golpeó repetidamente contra las rocas por donde fluía el líquido elemento.
Se deshizo, y mostró un limo suave y fino.
Como niños pequeños, tomamos la sustancia y nos pintamos la cara y las manos; y con éstas llenas completamente impregnadas nos pintamos los hombros mutuamente.
Reímos, jugamos, nos salpicamos. No puedo expresar con palabras la felicidad del momento, simplemente fue mágico. 


Para acabar de darle un toque mágico al momento, vimos un colibrí que jugueteaba entre la espuma de la cascada (una lástima que en las fotos no se aprecie, parece una mancha blanca más). Todo un cuento de hadas tropical.



 ¡Larga vida a los cuentos de hadas!


Y para aquellas personas que sientan curiosidad, aquí dejo el mapa con la ubicación aproximada de Drake.



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