Bueno, ya hace un mes de esto, pero teniendo en cuenta que he llegado a compartir imágenes de años ha, y que últimamente ni mi almohada me recuerda, tampoco está tan mal.
Estas fotografías pertenecen al Pou Clar, un enclave natural de una belleza que impresiona, ubicado en el término municipal de Ontinyent. Es un paisaje dominado por el río, que con la fuerza de sus aguas ha excavado una serie de profundas pozas donde cualquiera puede bañarse... si resiste el agua fría.
Esta es una adelfa, baladre, Nerium oleander L., reflejada en una de las pozas más profundas.
Así os podéis hacer una buena idea de cómo es el enclave.
La luz era muy buena, y el agua estaba clara y mansa, lo cual me permitió jugar con los reflejos y experimentar con las texturas. Como estos pinos...
Estos peces...
Las rocas también tienen su lugar...
Pero sobre todo, los árboles otoñales y sus hermosos colores. Dentro...
... y fuera del agua.
Un culantrillo de pozo, Adiantum capillus-veneris L., un helecho típico de nuestra tierra. Antaño, las mujeres lo ponían en sus zapatos para favorecer la fertilidad. También fue empleado para aspectos mucho más terrenales, como marcapáginas.
Me encanta el juego de reflejos entre el tronco, el agua y las ondas
Nos fuimos acercando a la zona de chopos.
Para descubrir este bello mosaico del color.
Y entre las hojas que no habían caído al agua, esta mariposa.
También encontramos a un felino del color de las hojas otoñales. Está claro que fotogénico se nace, no hay más que verlo.
Volviendo a casa paramos en un mirador. Y tuvimos la suerte de ver... ¡¡¡dos águilas calzadas!!! (o eso ponía en el cartel informativo)
Volaban altísimo, así que las fotos, evidentemente, no tienen buena calidad. Pero el momento fue muy intenso, y me gustaría compartir un trocito de él con vosotros.
Suerte la de las águilas de poder disfrutar de las alturas y las vistas. Aunque este paisaje, a ras de tierra, tampoco tiene nada que envidiar. ¡Amo mi tierra, es una pasada!
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